El espíritu del mundo es sólo un instrumento del adversario...nuestra batalla no es con carne o sangre sino en contra seres espirituales de las tinieblas perversas que están en el aire..y que no vemos..
Cuando alguien nos hace mal, lo más fácil es que se encienda una llama
dentro de nosotros, de furia, resentimiento, odio o tristeza...con esta
idea de: "me hicieron daño", "me lastimaron"...y podemos dejar que eso
se convierta en un agresión tal que pueda
ser utilizada por satanás y los espíritus perversos... Así empiezan los
problemas en la iglesia..
¿Estamos preparados para ser fieles y enfrentar estas luchas?
No estamos peleando con carne y sangre (lo que hacen las personas
físicamente hablando) sino contra los espíritus rebeldes y lo que
manipulan en las acciones de las personas que se vuelven instrumentos de
esos malos espíritus obedeciéndoles.
Ser la sal de la tierra no se trata de solamente ser una buena persona,
ser la sal implica una gran responsabilidad..ser la sal es lo que
permite que este mundo no sea destruido aún...(sí en Sodoma y Gomorra
hubieran existido por lo menos diez hombres justos,
no habría sido destruida), no se trata de cuan perversa sea una
sociedad...se trata de los hombres justos (sal) que hay o no allí...
Esos diez justos que tienen: gozo, paz, justicia, santidad, fidelidad, obediencia y fe en Dios...eso es lo que preserva...
La luz atrae a algunos y repele a otros..hay cosas que no tienen el
menor sentido, sino hasta que nos damos cuenta de que lo real no es lo
que vemos y tocamos, sino aquello que está muy por encima de
nosotros...sabemos contra quien peleamos ¿Cuál será nuestra
respuesta? La batalla esta en el reino espiritual...La sabiduría de
este mundo algún día va a fallar, pero la sabiduría que viene de arriba
está en un terreno mucho mas elevado...lo cual es una gran bendición..(Predicación completa a continuación)
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