Dos pequeñas líneas escuché un día,
Andando por la vida en esta travesía,
Que mi corazón traspasaron
Y de mi mente jamás se apartaron:
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
Solamente una vida breve
Que se desvanece como la nieve.
Luego a Mi Señor encontraré
Y en Su Juicio, cuentas le entregaré.
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
Dicha vocecita da mucha inspiración,
Rogando que tome una mejor elección,
Que las metas egoístas deje,
Y a la Verdad de Dios me entregue.
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
Sólo unos pocos años por vivir,
Cada uno con tareas que cumplir,
Con temores, alegrías y ansiedad,
Viviendo por mí o por Su Voluntad.
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
Si el mundo me tienta con esplendor,
O el diablo me ataca con ardor,
O mi camino sólo quiero yo tomar,
Ayúdame, oh, Dios, a pensar:
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
En gozo o tristeza someterme yo a Ti,
Es mi único propósito aquí,
Cualquiera la lucha, firme y fiel,
En la vida diaria siempre seré.
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
Que mi amor arda con devoción,
Y al mundo desdeñe con pasión,
Viviendo para Ti, oh, Señor,
Y dándote siempre loor.
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
Sólo una vida, ¡atención prestad!
Y haced solamente Su Voluntad.
Así, cuando le veáis venir,
“¡Valió la pena!” Podréis decir.
Sólo una vida, que muy pronto pasará,
Y lo hecho por Cristo solamente perdurará.
(Por C.T. Studd, traducido por Josué Moreno)